Vaca Muerta y el GNL: tras la colocación de deuda del Gobierno, ¿qué puede pasar en el sector energético?

El Gobierno colocó con éxito unos u$s1.000 M a una tasa del 9,26%. Fue la primera incursión a los mercados desde 2018. Comprime riesgo país y habilita fondeo más barato para energéticas a futuro. Las claves.

por Julián Guarino

El regreso de la Argentina a los mercados impulsará nuevas emisiones de deuda corporativa

El Gobierno concretó con éxito la licitación del BONAR 2029N. Recaudó u$s1.000 millones a una tasa de corte de 9,26% anual (YTM), en el primer ensayo soberano de regreso a los mercados voluntarios de deuda en dólares desde 2018. 

Este título, con cupón semestral del 6,5% y amortización íntegra al vencimiento (30 de noviembre de 2029), recibió ofertas por más de u$s1.400 millones de 2.500 inversores –sobredemanda de 1,4x–, lo que valida, en opinión de los brokers de la City, la estrategia de refinanciamiento de vencimientos para enero 2026 (vencen u$s1.186 millones de AL29 y AL30, parte de u$s4.200 millones totales) sin erosionar reservas netas del BCRA.

Técnicamente, el rendimiento de 9,26% se ubica 100 puntos básicos por debajo de la curva soberana pre-licitación como también se ubica por debajo de la medida de riesgo país previo. Esto no sólo alivia presiones fiscales inmediatas, sino que establece un benchmark soberano competitivo, lo que podría catalizar positivamente hacia todo el sector energético.

En los hechos, el impacto en las empresas de oil & gas es directo: con rendimientos corporativos de noviembre 2025 en la zona del 8-8,75% (una diferencia de 120-180 bps sobre los soberanos), la licitación del BONAR comprime los diferenciales y podría, según los informes que llegan a esta hora, habilitar nuevas emisiones de deuda para el sector energético por u$s6.000-8.000 millones en 2026. 

Si se lo piensa, esto amplifica el momentum de Vaca Muerta, cuya producción shale oil ya cubre 64% del total nacional y genera superávit comercial estructural (proyectado USD 27.000-30.000 millones anuales para 2027).

Otro efecto es que hubo reacción Inmediata de los mercados: post-licitación, los bonos soberanos en Nueva York rebotaron 0,5-0,7% (Bonar 2029 +0,7%), llevando el riesgo país a la zona de los 625-628 puntos básicos.

Para el sector energético, esta dinámica reduce el costo marginal de financiamiento, ya que la correlación histórica (0,92) entre EMBI+ que mide el riesgo país y los rendimientos corporativos implica una caída de 40-70 bps en Obligaciones Negociables de las firmas energéticas, de 8,5% promedio a 7,8-8,1%. 

Se refuerza el boom corporativo de las emisiones de deuda

Hay que recordar que el mes pasado ya se había marcado un récord (u$s5.000 millones en Obligaciones Negociables hard dollar, de las cuales el 90% pertenecen al sector del oil & gas), con plazos extendidos a 8-12 años. El resultado del BONAR 2029N acelera este ciclo, ya que los rendimientos soberanos en la zona de 9,5% validan, según las consultoras de riegso, ratings relativos (BBB- para YPF).

Las proyecciones hablan por sí solas. Flujos de esta magnitud podrían financiar unos u$s10.500 millones en inversión del shale en 2026, priorizando nodos logísticos como el Oleoducto Vaca Muerta Sur fase 2. Entonces, si el Gobierno logra que el EMBI+ se ubique finalmente en la zona por debajo de los 500 bps en 2026, Argentina no solo refinanciará, sino que podrá impulsar Vaca Muerta como un hub del GNL regional, generando u$s30.000 millones anuales sostenibles por primera vez en décadas.