En un paso decisivo hacia la diversificación de la matriz energética de la Argentina, las empresas PCR y ArcelorMittal Acindar han puesto en marcha el primer parque renovable híbrido del país, un proyecto que fusiona generación eólica y solar en un mismo predio.
Ubicado en la región de Toro Negro, en el departamento de General Belgrano de la provincia de San Luis, este emprendimiento representa un avance tecnológico clave en el contexto de la creciente demanda por fuentes limpias y estables.
La iniciativa, que se suma a los esfuerzos por reducir la dependencia de combustibles fósiles, se alinea con las metas de descarbonización establecidas en los acuerdos internacionales, fortaleciendo la competitividad del sector productivo siderúrgico y energético del país. El diseño híbrido del complejo San Luis Norte aprovecha la complementariedad natural de los recursos locales: vientos constantes y alta irradiación solar, optimizando la producción a lo largo del ciclo diario.
El núcleo eólico, operativo desde principios de 2024, integra 25 turbinas que generan una potencia base de 112 megavatios, mientras que la adición solar incorpora 35.000 paneles equipados con sistemas de seguimiento automático, elevando la capacidad total a 130 megavatios.
Esta configuración no solo maximiza el factor de utilización de la red eléctrica existente, sino que también mitiga la intermitencia inherente a las renovables, ofreciendo una generación más predecible y eficiente para el sistema interconectado nacional.PCR, como desarrolladora principal del proyecto, ha liderado la integración técnica y operativa, consolidándose como un actor pivotal en la expansión renovable argentina.
El rol de ArcelorMittal Acindar
Por su parte, ArcelorMittal Acindar, uno de los mayores productores siderúrgicos del país, participa como socio estratégico, asegurando un destino prioritario para la energía generada que abastece sus operaciones industriales.
Esta alianza público-privada ejemplifica cómo la colaboración entre generadores y consumidores finales puede acelerar la adopción de tecnologías limpias, especialmente en industrias de alto consumo como la metalúrgica, donde la transición hacia el net zero exige innovaciones de esta escala.La materialización del parque demandó una inversión integral de 230 millones de dólares para el conjunto eólico-solar, con un desembolso adicional de 15 millones destinados exclusivamente al componente fotovoltaico.
Estos fondos, canalizados a través de financiamiento mixto que incluye aportes locales y créditos internacionales, no solo cubren la construcción de infraestructura —que abarca 1.500 hectáreas de terreno— sino también la implementación de protocolos de monitoreo ambiental y de eficiencia.
El retorno esperado se materializa en ahorros operativos a mediano plazo y en la generación de divisas mediante la venta de certificados de energía renovable, contribuyendo a la balanza comercial energética del país.Desde la perspectiva económica, el complejo inyecta vitalidad a la región de San Luis al equivaler su output a la demanda de 250.000 hogares, impulsando el empleo local en fases de operación y mantenimiento que podrían superar las 200 plazas directas.
La reducción de costos, un eje
Además, fortalece la cadena de valor siderúrgica al reducir costos energéticos para ArcelorMittal, permitiendo una mayor competitividad en mercados exportadores. Analistas del sector destacan que proyectos como este catalizan inversiones colaterales en logística y almacenamiento, posicionando a la provincia como un hub renovable en el corredor central del país.En términos ambientales, la inauguración marca un corte significativo en las emisiones de dióxido de carbono, al desplazar el equivalente a miles de toneladas anuales de combustibles convencionales, en sintonía con los compromisos de Argentina ante la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático.
Martín Brandi, directivo de PCR, enfatizó en el acto la visión estratégica: "Esta obra ilustra cómo la innovación y la sostenibilidad impulsan el progreso industrial nacional". De igual modo, Federico Amos de ArcelorMittal subrayó el liderazgo global de la filial argentina en adopción renovable, reafirmando el compromiso corporativo con la reducción de huella ecológica.
Prospectivamente, el modelo híbrido de San Luis Norte sirve de prototipo para replicaciones en otras cuencas con potencial sinérgico, como Patagonia o el NOA, donde la combinación de eólica y solar podría elevar la participación renovable en la matriz nacional por encima del 25% para 2030.
En un panorama de volatilidad climática y presiones regulatorias internacionales, esta iniciativa no solo acelera la transición energética, sino que también posiciona a Argentina como un referente en soluciones integradas, atrayendo flujos de capital verde y fomentando alianzas que eleven la resiliencia del sistema productivo ante los desafíos globales.