Glencore confirmó la reactivación de sus operaciones en la mina Bajo de la Alumbrera, en Catamarca, tras 7 años de inactividad.
La decisión, que marca el retorno del país a la producción de cobre a gran escala después de una década de ausencia significativa en el mercado internacional, responde a una confluencia de factores económicos y regulatorios que transformaron la viabilidad de un proyecto que parecía condenado al olvido. Pero, ¿por qué justo ahora?
La mina Alumbrera, que operó como el último bastión de extracción de cobre en Argentina antes de su cierre en 2018 debido a bajos precios y desafíos operativos, volverá a la vida hacia fines de 2026. Según fuentes de la compañía, el reinicio de actividades productivas está previsto para el primer semestre de 2028, con una producción estimada de 75 mil toneladas de cobre, 317 mil onzas de oro y 1.000 toneladas de molibdeno durante sus primeros cuatro años de operación. Esta cifra, aunque todavía modesta en comparación con los gigantes globales, representa un impulso vital para la industria minera en el país.
El timing del anuncio no es casual: llega en un momento de optimismo inversor en Argentina, donde la minería viene captando compromisos por más de u$s30 mil millones de dólares bajo el RIGI. Para Glencore, Alumbrera representa una "puente" hacia la expansión en América Latina, alineada con su meta de 1,6 millones de toneladas de cobre anuales para 2035.

1. Precio internacional del cobre en alza
El detonante principal, según analistas del sector, es el alza sostenida en los precios del cobre y el oro, impulsada por la voraz demanda global en la transición energética. Con el metal rojo cotizando por encima de los u$s5,35 por libra (equivalente a unos u$s11,8 mil por tonelada métrica) y habiendo alcanzado un pico histórico de u$s5,94 en julio de este año, Alumbrera ahora generaría márgenes de rentabilidad que eran impensables hace una década. Los analistas proyectan un déficit global de suministro en 2026 que podría elevar aún más las cotizaciones. Glencore, que aspira a producir 1 millón de toneladas anuales de cobre a nivel mundial para 2028, ve en Alumbrera un eslabón clave para cumplir esa meta.
2. Clima favorable a las grandes inversiones
Otro factor catalizador es el nuevo marco regulatorio argentino, encarnado en el Régimen de Incentivo para Grandes Inversiones (RIGI), impulsado por el gobierno de Javier Milei y aprobado en julio de 2024. Este instrumento ofrece estabilidad fiscal por 30 años, exenciones impositivas, protección contra cambios legislativos y facilidades aduaneras para proyectos superiores a 200 millones de dólares. Glencore solicitó adhesión al RIGI en agosto pasado para sus ambiciosos planes MARA (Minera Agua Rica-Alumbrera) y El Pachón, que suman una inversión potencial de u$s13,5 mil millones de dólares.
3. Aprovechamiento de activos estratégicos en el país
Más allá del contexto internacional y local favorables a la reactivación, Alumbrera podría ser el facilitador natural para MARA, en materia de infraestructura. Ubicado a sólo 35 kilómetros de Alumbrera, el proyecto MARA —en etapa de exploración avanzada— promete más de 200 mil toneladas anuales de cobre durante una década, utilizando la misma planta concentradora y logística ferroviaria. El reinicio permite reentrenar a la fuerza laboral local, reducir riesgos operativos y mantener activos compartidos, generando empleos temporales para 10 mil personas en la fase de construcción y 2.500 en operaciones plenas.