La reciente ratificación por parte del Senado de la Provincia de Mendoza de la Declaración de Impacto Ambiental (DIA) para el proyecto PSJ Cobre Mendocino representa un punto de inflexión para el sector minero argentino. Tras años de debate y un largo proceso de evaluación, la aprobación envía una señal destinada a destrabar la inversión extranjera en el vasto potencial de recursos metalíferos del país, especialmente en el ámbito de los minerales críticos como el cobre.
Mundialmente reconocida por la calidad de sus vinos, Mendoza mantuvo históricamente una relación muy cautelosa con la minería. De ahí que la provincia disponga la Ley 7.722, una de las normativas ambientales más avanzadas de Argentina, que expresamente prohíbe el uso de sustancias químicas específicas como el cianuro y el mercurio en la actividad. El proyecto PSJ Cobre Mendocino, ubicado en Uspallata, es un yacimiento de cobre que, desde su concepción, fue diseñado para operar bajo estas estrictas condiciones.
El proceso, que culminó con la ratificación legislativa de la DIA, incluyó una extensa serie de audiencias públicas, aportes ciudadanos, visitas al yacimiento, múltiples estudios técnicos y la participación de diversos organismos científicos y universidades. El hecho de que el proyecto haya superado este escrutinio, proponiendo un proceso de flotación mecánica con circuito cerrado de agua que recircula más del 80% del recurso y evita las sustancias prohibidas, demuestra la capacidad de la tecnología moderna para adaptarse a las actuales exigencias ambientales.
Al respecto, Fabián Gregorio, CEO de PSJ, afirmó: “Esta decisión institucional nos permite dar un paso más en un proceso que ha sido largo, transparente y profundamente participativo. Ahora comienza una etapa de trabajo técnico de factibilidad, donde seguiremos construyendo el proyecto junto a la comunidad, las instituciones y los actores productivos. Nuestro compromiso es avanzar con responsabilidad, diálogo permanente y la convicción de que el desarrollo debe ser compartido por todos".

El mensaje a la inversión extranjera: viabilidad y previsibilidad
La aprobación de PSJ Cobre Mendocino trasciende la esfera ambiental y se instala de lleno en la economía: constituye un claro mensaje para los inversores extranjeros que venían observando con escepticismo la capacidad de Argentina para transformar su potencial geológico en proyectos productivos. Históricamente, la inestabilidad regulatoria y la falta de consenso social fueron las principales barreras inhibitorias. La ratificación en Mendoza —una provincia que era percibida como un bastión de resistencia a la minería—, establece un nuevo precedente institucional que es ampliamente celebrado por las grandes corporaciones mineras globales.
El mensaje que intentaron dar las autoridades provinciales fue contundente: las reglas de juego, aunque estrictas, son aplicables. Esto es fundamental para el sector minero, donde las inversiones son de largo plazo, alto riesgo y requieren capitales masivos (el proyecto PSJ contempla una inversión inicial estimada en u$s559 millones). Para Mendoza es el primer proyecto de explotación minera aprobado integralmente bajo la Ley 7.722, una norma conocida por su rigurosidad y por haber frenado en el pasado otras iniciativas mineras de gran escala.
La certeza de que un proyecto de esta envergadura esta vez haya obtenido la licencia política necesaria para avanzar, ahora reduce el riesgo percibido por los inversores para entrar a jugar al mercado local. Este fenómeno ya es conocido y no se limita a Mendoza; ejerce un efecto multiplicador sobre otras provincias mineras, sugiriendo que el país en su conjunto ahora puede estar más receptivo a proyectos productivos de este tipo.
Con la DIA ya ratificada, el proyecto ahora inicia la etapa de factibilidad, un proceso técnico que tendrá una duración aproximada de un año. Esta instancia transforma los estudios generales en un plan de ejecución detallado, verificable y alineado a los estándares establecidos por la provincia y por los internacionales de la industria. Durante la factibilidad se desarrollan los estudios de ingeniería de detalle, el análisis de costos y financiamiento, la planificación integral de construcción–operación–cierre, la evaluación económica y de mercado, y la actualización de los programas de sostenibilidad y monitoreo ambiental. Finalizada esta etapa, el Proyecto estará en condiciones de avanzar hacia el inicio de la construcción.
El cobre, clave para la transición energética
El otro factor de relevancia de esta nueva etapa es el mineral mismo. PSJ es un proyecto de cobre, uno de los metales más indispensables para poder hacer realidad la tan ansiada “transición energética global” hacia una matriz libre de combustibles fósiles. Es el conductor eléctrico por excelencia, necesario en grandes cantidades para turbinas eólicas, paneles solares, redes de transmisión de energía renovable y, crucialmente, para la fabricación de vehículos eléctricos. La demanda de cobre está en auge y se espera que crezca exponencialmente en las próximas décadas.
Al habilitar un proyecto de cobre de esta magnitud, Mendoza no sólo sumaría una nueva fuente de generación de divisas para el país, sino que se posicionaría como un socio estratégico en la cadena de suministro de minerales críticos a nivel mundial. Este nuevo re-alineamiento le otorga a la provincia una ventaja competitiva y una relevancia geopolítica que puede atraer no sólo a empresas mineras, sino también a fondos de inversión que pueden invertir en otras áreas productivas.