YPF, Vista Energy, Shell Argentina y Equinor firmaron contratos de suministro con la Empresa Nacional de Petróleo (ENAP) de Chile, para la exportación de shale oil de Vaca Muerta. Los acuerdos tienen vigencia hasta junio de 2033 y contemplan un volumen inicial agregado de hasta 70 mil barriles diarios. Esto representaría para el país un ingreso de divisas estimado en u$s12 mil millones a lo largo de su ejecución.
Desde Chile destacaron que la firma brindará seguridad y estabilidad de abastecimiento, reduce la dependencia del transporte marítimo y fortalece la cadena logística entre ambos países, aportando previsibilidad.
Además contribuye a la competitividad de ENAP y a la seguridad energética de Chile. Otro de los puntos claves del acuerdo es que abre la puerta internacional del Pacífico para la exportación de crudo de Vaca Muerta. Será a través del Terminal Marítima de San Vicente, en Talcahuano.

Oleoducto Trasandino, la pieza clave para conectar Vaca Muerta con el Pacífico
El vínculo con Enap se profundizó en los últimos años a partir de la rehabilitación del Oleoducto Trasandino (OTA) y la construcción del Oleoducto Vaca Muerta Norte, infraestructura clave para optimizar la evacuación de crudo hacia Chile y, potencialmente a los mercados internacionales por el Pacífico. Se trata de un sistema de más de 400 kilómetros que conecta Neuquén con la Región del Biobío. Tras 17 años de inactividad, el ducto retomó las operaciones luego de un proceso integral de rehabilitación.
Actualmente, el 40% de las exportaciones de la cuenca neuquina se realizan por este sistema de transporte. Los contratos aseguran el abastecimiento de alrededor del 35% de la demanda anual de crudo de ENAP. Este acuerdo refleja el compromiso de las principales compañías del sector en trabajar colaborativamente para impulsar la producción y las exportaciones, consolidando al país como un proveedor confiable de energía para distintos mercados del mundo.
El Oleoducto Trasandino fue originalmente inaugurado en 1994 con el objetivo de unir la cuenca neuquina de Argentina con la costa chilena. El ducto, de aproximadamente 425 a 427 kilómetros, conecta el yacimiento de Puesto Hernández (cercano a Rincón de los Sauces, en Neuquén) con la refinería de Bio Bío de ENAP en Hualpén, cerca de Concepción, Chile. Atraviesa la Cordillera de los Andes, ascendiendo hasta alturas cercanas a los 2.000 metros sobre el nivel del mar. Fue diseñado para transportar hasta 115.000 barriles por día (bbl/d).
Tras operar durante unos 12 años, el oleoducto interrumpió su operación a fines de 2005 y se desactivó en 2006. El motivo principal fue el declive en la producción de petróleo convencional en la cuenca neuquina, sumado a la falta de inversión en exploración en Argentina, lo que hacía inviable el transporte de los bajos volúmenes restantes. El cierre fue un síntoma de la crisis energética que convirtió a Argentina en importador neto de hidrocarburos.
La explosión del shale oil de Vaca Muerta, con su crecimiento exponencial en la producción de crudo, cambió por completo la perspectiva de Oleoducto Trasandino, reviviendo la necesidad de contar con rutas de exportación más allá del Atlántico. Tras un proceso exhaustivo de revisión y reparación (que incluyó pruebas hidráulicas y adecuación de las estaciones de bombeo) que se extendió por más de dos años, el oleoducto fue finalmente rehabilitado.
El reciente acuerdo histórico por US$12.000 millones con ENAP hasta junio de 2033 no solo garantiza el flujo continuo, sino que consolida la función estratégica de OTASA como el camino del crudo argentino hacia los mercados globales por el oeste.



